BGU

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La educación media es hoy un nudo crítico en todo el mundo, atada a otro nudo crítico, también de alcance mundial, como es la problemática de los jóvenes. A la pérdida de sentido de los sistemas escolares se suma la falta de oportunidades de trabajo para millones de ellos, incluso los con bachillerato completo y con estudios superiores. La abreviatura NiNi – Ni Estudia Ni Trabaja – extendida en los últimos años, refleja la doble cara de esta problemática. 

En América Latina y el Caribe, pasado el momento de la educación primaria o básica, la preocupación empezó a trepar un peldaño más arriba. La reforma de la educación media es el nuevo gran dolor de cabeza regional, campo minado por procesos de ensayo y error. Argentina, Uruguay, México, así como España y otros países en Europa, tienen historias complicadas que contar al respecto. Nadie presume de tener EL modelo, ni siquiera experiencias exitosas que puedan probarse, sostenerse y generalizarse.

En este marco, resulta notable el caso del Ecuador. En menos de lo que canta un gallo tenemos un Nuevo Bachillerato Ecuatoriano (NBE) o Bachillerato General Unificado (BGU) arrancando este año escolar 2011 en base a un instructivo y algunos materiales colgados en el portal del NBE (ya ha sido deshabilitado, ahora aquí) vinculado al Ministerio de Educación.  
La propuesta se dio a conocer públicamente en el sitio web de Ministerio en diciembre 2010; tres meses más tarde, el 31 de marzo, el BGU era incoporado en la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI); el 5 julio se publicaba el Acuerdo Ministerial Nº 242-11 con la normativa para el nuevo currículo; la semana del 8 agosto aparecían en el sitio web del BGU lineamientos curriculares para las materias obligatorias del nuevo sistema; y el 5 de septiembre arrancaba junto con el inicio del nuevo año lectivo en Sierra y Amazonía. Ningún plan sistemático de capacitación docente, nada de pilotajes ni de experimentaciones.

Nos dicen que la implementación será “flexible” (inicio en la Sierra y solo en el primer año de bachillerato, cada colegio haciendo lo que pueda) y que la capacitación docente se hará "en la marcha" (!!). La conocida y siempre renovada ilusión de que el cambio educativo sucede como por arte de magia, desde arriba, en torno a documentos que se bajan, listos para usar tras una breve "capacitación".

¿Por qué la premura? Lo usual: plazos irreflexivos establecibos por normativas legales (la recientemente aprobada Ley Orgánica de Educación Intercultural), por los tiempos de los ofrecimientos políticos y los del calendario escolar. Ya sucedió con la fallida "Patria Alfabetizada", anunciada en base a proyecciones tres meses antes de hacerse públicas las estadísticas oficiales, y rectificada al  conocerse dichas cifras, con gran bochorno nacional e internacional. Pero no se aprende. No se aprende que los tiempos de la política y los tiempos de las leyes nada tienen que ver con los tiempos de la educación y sus cambios.

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