BGU
La educación media es hoy
un nudo crítico en todo el mundo, atada a otro nudo crítico, también de
alcance mundial, como es la problemática de los jóvenes. A la pérdida
de sentido de los sistemas escolares se suma la falta de oportunidades
de trabajo para millones de ellos, incluso los con bachillerato completo
y con estudios superiores. La abreviatura NiNi – Ni Estudia Ni Trabaja – extendida en los últimos años, refleja la doble cara de esta problemática.
En América Latina y el
Caribe, pasado el momento de la educación primaria o básica, la
preocupación empezó a trepar un peldaño más arriba. La reforma de la
educación media es el nuevo gran dolor de cabeza regional, campo minado
por procesos de ensayo y error. Argentina, Uruguay, México, así como
España y otros países en Europa, tienen historias complicadas que contar
al respecto. Nadie presume de tener EL modelo, ni siquiera experiencias
exitosas que puedan probarse, sostenerse y generalizarse.

Nos dicen que la implementación será “flexible” (inicio en la Sierra y solo en el primer año de bachillerato, cada colegio haciendo lo que pueda) y que la capacitación docente se hará "en la marcha" (!!). La conocida y siempre renovada ilusión de que el cambio educativo sucede como por arte de magia, desde arriba, en torno a documentos que se bajan, listos para usar tras una breve "capacitación".
¿Por qué la premura? Lo usual: plazos irreflexivos establecibos por normativas legales (la recientemente aprobada Ley Orgánica de Educación Intercultural), por los tiempos de los ofrecimientos políticos y los del calendario escolar. Ya sucedió con la fallida "Patria Alfabetizada", anunciada en base a proyecciones tres meses antes de hacerse públicas las estadísticas oficiales, y rectificada al conocerse dichas cifras, con gran bochorno nacional e internacional. Pero no se aprende. No se aprende que los tiempos de la política y los tiempos de las leyes nada tienen que ver con los tiempos de la educación y sus cambios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario